martes, 20 de enero de 2009

Obama: del cuento de hadas al thriller.

Érase una vez un país donde cualquier persona podía lograr su sueño. Tal era el lema de aquella tierra y para tantos millones de personas fue tan real que gentes de todo el mundo deseaban vivir allí. Aunque no todo era bueno. Existían personas para quienes sus sueños eran más difíciles de realizar. Personas con otro color de piel distinto al de la mayoría e incluso hubo una guerra en aquel país donde se confrontaron distintas visiones sobre los derechos de esas personas.


Muchos años después, una de aquellas personas de color minoritario, se atrevió a algo más que a soñar. Como muchos antes que él (incluso de los de su color) soñó que llegaba a ser quien dirigía los destinos de su país. Pero no se quedó en sólo una fantasía. Persiguió su anhelo con una autoconfianza rayana en el mesianismo y una tenacidad que más bien parecía obcecación. Supo decir a cada grupo del país aquello que deseaban escuchar. Con su aplomo enamoró a quienes contaban las novedades al resto del pueblo y con su verbo atrajo el dinero. Se aprovechó de que el senescal del país era muy odiado tras haber sido muy querido. Engatusó a los juglares, a los titiriteros itinerantes, a los que componían los cantares de gesta y a los nobles que pagaban a todos los anteriores. Para obtener el reconocimiento de los de su familia luchó contra una hechicera experimentada de quien todos decían que sería la mujer a seguir. Y ganó. Luchó contra un caballero de blanca armadura que había servido sin tacha en guerras lejanas ante enemigos impíos. Y ganó.

Y logró hacer su sueño realidad.

Todo el reino se felicitó por su victoria. "¡Sí! ¡Aquí todo hombre puede cumplir su sueño!" decían henchidos de orgullo patriótico. "¡Él nos salvará de nuestros problemas!"
Sólo le pedían que hiciera lo que él había prometido hacer. Nada más. Nada menos.


Así fue cómo el hombre que cumplió sus sueños, aquél que según Bill Clinton personificaba "el mayor cuento de hadas que había visto en su vida" se vio enfrentado a numerosas pesadillas por haber cumplido su sueño:


Soldados del país diseminados por todo el mundo, combatiendo enemigos que no respetan ninguna norma en al menos dos territorios, con todos los demás países del mundo envidiando, anhelando la flaqueza del país "donde todo hombre puede cumplir su sueño", socavando su poder, fomentando el odio visceral con el uso perpetuo de la mentira. Monstruos del pasado reconvertidos en "socialismos del siglo XXI", como espectros que vuelven tras su muerte y que precisamente por ello, son más difíciles de atrapar (las razones no valen cuando los socialistas de todos los partidos se niegan a entender los hechos históricos). Y peor aún, el nuevo senescal debía enfrentarse a un monstruo de infinidad de cabezas, un monstruo interior, omnipresente y multiforme. Tan interior que estaba en el propio modo de ser del nuevo senescal, hasta el punto de que él mismo había contribuido grandemente al crecimiento de ese monstruo y los planes que tenía para combatirlo sólo harían que alimentarlo y volverlo más poderoso. El monstruo que arruinaba a los habitantes robándoles sus ahorros de la manera más peligrosa: convirtiendo el dinero en mera convención sin base en riqueza real.


Con una crisis pavorosa, China rampante, Rusia desafiante, Irán regalándole por su investidura una crisis en Oriente Próximo a través de su franquicia de HAMÁS, Europa tan inerme como siempre y América Latina escarbando en el doble fondo del populismo, el cuento de hadas se convierte cuando menos un thriller de alta tensión.

Esperemos que no acabe siendo una película de terror.

3 comentarios:

  1. Saludos desde el bosque animado! Estoy bastante de acuerdo con el cuento y con el hecho de la limpieza que ha habido en la campaña electoral, sobre todo si las comparamos con otras campañas. También estoy de acuerdo en resaltar el talante (el de verdad) de Mc Cain, al que la Historia debería recordar el mérito de asumir -tras ganar la candidatura, por supuesto- la lucha por los republicanos.
    Coincido plenamente en las amenazas exteriores, en especial en el giro que están tomando las cosas en Iberoamérica, parece que en Brasil no tanto. No digamos China, y ahora Rusia que no deja que le tosa nadie. Pero aquí en la UE y, sobre todo, en España, nosotros a lo nuestro...
    No estoy tan de acuerdo con el aludido mesianismo. Si lees un artículo que escribió B-H-Leví en El Mundo, venía a proponer algo así como que Obama no era el candidato negro, en el sentido políticamente correcto de la palabra,ni tampoco en cuanto a los tópicos y proyecciones que sobre esta idea existen. No creo que sea ingenuo ni mesiánico. De momento ha perdido un poquito los nervios porque su plan no ha sido del todo aceptado, amigo, la separación de poderes y la democracia es así (no como aquí en España). De todos modos, a renglón seguido de la euforia del primer momento, tengo bastante confianza en su gestión. El tiempo lo dirá, porque, desde luego, en lo del thriller tienes más razón que un santo. Gracias.

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  2. Saludos, Fidelio, encantado de verte por aquí.

    Sobre el mesianismo, lo que he dicho exactamente es que la autoconfianza de Obama ha sido tal que parecía rayar en ese sentimiendo de "Soy el elegido". Bien, eso no es necesariamente malo si sabe usarse. Personajes históricos con una enorme autoconfianza los ha habido tanto para bien como para mal. Pero en las democracias con separación de poderes, la vigilancia permanente sobre los poderosos es esencial, y quienes se creen infalibles suelen llevar muy mal que se dude de su capacidad.

    Creo que Obama ha sabido usar muy bien la baza de su color, porque ha descontado el voto negro sin usar su piel tanto como para provocar críticas por ello. Siempre ha dejado que sean sus colaboradores de campaá y palmeros mediáticos quienes han dicho las frases gruesas. Recordemos que se insinuó que algunos votantes de Hillary en las primarias demócratas, no votaban a Obama por ser negro. Y no fueron los republicanos quienes lo dijeron, sino los propios colaboradores de Obama.

    Ingenuo no es, pero que sea un excelente medrador y un encantador de masas no quiere decir que sepa solucionar problemas. La política es un mundo complejísimo, pero que alguien lo domine no significa que luego sea un buen gobernante. Salvando distancias, Zapatero es un excelente político como medrador y un nefasto gobernante. A eso me refiero.

    Obama mostrará su inteligencia si reconoce sus limitaciones y da un paso al costado renunciando a muchos de sus proyectos electoralistas en pos de buscar soluciones mucho más pragmáticas y poco populares. Debería aprovechar el embeleso de los medios hacia él para adoptar medidas que no se le perdonarían a otros políticos.

    Por ahora, su plan económico es la perpetuación de un déficit astronómico. Eso no ayuda al optimismo.

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  3. Hola Nightcrawler!
    Efectivamente, coincidimos prácticamente en todos los matices que apuntas. Quizá yo sea más expeditivo a la hora de interpretar los mensajes de Obama y sus colaboradores y esté esperando a ver qué es lo que nos trae la realidad. A priori saludé la llegada de Obama por lo que de histórico tiene, y así me lo parece. Pero, insisto, estoy de acuerdo en todos tus matices.
    Veo por otro lado, que eres bastante purista, o, si me permites, fiel a la terminología política. Y digo esto por la distinción medrador-gobernante, y aún más, buen gobernante. Me costaría muchísimo matizar qué políticos han sido buenos gobernantes, y sobre todo, con arreglo a qué criterio.
    Aquí en España, si me permites el ejemplo, hemos tenido un muy buen gobernante, a mi juicio,que fue Adolfo Suárez, pero su etapa de gobierno estuvo plagada de sucesos y avatares bastante onerosos para este país. Felipe González fue un encantador impresionante, pero no fue un buen gobernante (ZP ni lo menciono). Aznar cometió errores de manual, pero fue un buen gobernante. Bush Jr., es, para mí una incógnita (dado que no me creo mucho de lo que se dice sobre él y mucho menos aquí en España), y para terminar con un ejemplo-ejemplo Kennedy estuvo al borde de la hecatombe con la crisis de los misiles y fracasó en la gestión de las agencias inteligente-militares si nos atenemos a los sucesos de Bahía de Cochinos.
    Volviendo a Obama, tal vez su pose intelectual le juegue malas pasadas. Lo de hablar mal de los bancos tiene pinta de gesto calculado (aquí en España también ha sido calculado pero en plan cutre, como todo). También es populista y calculado lo de los beneficios de los ejecutivos (de qué empresas). Vamos a ver qué pasa a lo largo de este año.
    Por último, efectivamente, la política es algo complejísimo, pero si me apuras, Maquiavelo dejó bastante escrito sobre el tema. Después han venido muchos más, pero, en esencia, llegamos a Maquiavelo. Yo no pensaba así hasta que presencié aquel 14-M, pero esto mejor dejarlo en el mal-recuerdo.
    Gracias y un saludo!

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