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lunes, 23 de mayo de 2011

¿De qué se sienten tan ufanos en el PP?

Hace cuatro años, el PP ganó -por primera vez desde el año 2.000- unas elecciones de ámbito nacional. En votos totales, superó al PSOE pero perdió poder autonómico y local con respecto al que había obtenido en las elecciones locales y autonómicas del 2.003.

Ayer, no sólo ganó en más de dos millones de votos al PSOE del aparentemente moribundo Zapatero, sino que obtuvo un récord de poder político sin precedentes, subiendo en casi todas las provincias, menos en Asturias, Navarra y en la que se ha dado un resultado preocupante y macabro: Guipúzcoa.

Apresuradamente, desde el PP se ha intentado configurar la victoria de ayer como la antesala de la inminente llegada de Rajoy a la Moncloa. De repente, ya no están preocupados por el paro, por la cancerígena presencia de los asesinos en las instituciones, por la inacabable sangría de prestigio de la marca España, por el déficit, por la zapatiesta institucional y autonómica que cada vez nos cuesta más, sólo les interesa el poder.

Un análisis de los resultados electorales deberían abocar al PP a una profunda reflexión sobre sus verdaderas posibilidades, y singularmente, sobre la incapacidad manifiesta para ilusionar a un país desesperanzado.
Para empezar, apenas ha habido trasvase de votos del PSOE al PP. Cierto es que España es un país singularmente cainita y mucha gente cuida su opción política como si fuera una cuestión genética, siendo un diminuto porcentaje de la población el que es capaz de variar de voto. Pero eso no es óbice para que el PP analice por qué no logran captar votos descontentos de los sectores más moderados del PSOE. El PP ha logrado un 37% de los votos, con el que en las Elecciones Generales de ninguna manera logrará mayoría suficiente para gobernar sin estar atado a los caprichos nacionalistas de turno. Su victoria se basa en un desplome histórico (y aún así, menor de lo merecido) del PSOE que sustenta al peor Gobierno de nuestra historia democrática.

Los descontentos apenas han ido a votar al PP. Se han repartido entre IU y UPyD o bien han engrosado el histórico resultado del voto nulo y el voto en blanco. El PP es el menos malo de dos muy malos. Pero su rival se librará de parte de sus problemas al amortizar a Zapatero, sigue teniendo a la mayoría del poder económico detrás y también a la mayoría del poder mediático y logrará vender al nuevo candidato como un icono del cambio (especialmente si es Carmen Chacón). El PSOE manejará la manija de los tiempos electorales y los sincronizará con el departamento de filtraciones de Rubalcaba, la Fiscalía General del Estado (y la Fiscalía Anticorrupción), y las mafias políticas del CNI y la DGP. Queda por conocer en qué consistirá la devolución del favor que los asesinos le deben al PSOE a través de sus 6 comisarios políticos disfrazados de magistrados del Tribunal Constitucional (que el Constitucional se atreva a anular las valoraciones de la prueba realizadas por el Tribunal Supremo chirría a kilómetros de distancia).

El movimiento 15-M, que comenzó como un grito contra los políticos y está degenerando en una mediocridad anticapitalista, puede, de un tiempo a esta parte, ser una plataforma ciudadana que ponga al PP en su punto de mira olvidándose del PSOE. Si fuera el PP quien gobernara, habría sido un movimiento contra el Gobierno y ZP habría acampado en Sol, aunque hubiera sido simbólicamente. Como gobierna el PSOE, es un movimiento "contra el sistema". Se va difuminando cada día esa característica de los manifestantes que identificaba al PSOE como igual de malo que el PP.

Y nadie importante del PP se ha molestado en hablar de la tragedia electoral que supone que los validos de los asesinos hayan logrado casi mil concejales que se dedicarán a extender y potenciar el odio, recriminar a las víctimas del terrorismo, humillarlas y socavar un sistema democrático ya de por sí defectuoso. El daño que Zapatero dejará tras de sí no se reparará ni en una legislatura ni en dos, suponiendo que el PP supiera cómo repararlo, algo de lo que no hay indicios.

Así pues, ¿euforia en el PP? Lo entiendo en Camps y sus gürtelitos, pues con su retenido poder le será más sencillo medrar y esquivar la justicia casi tan bien como hacen los corruptos del PSOE, aunque el PP carece de tantas décadas de experiencia como los socialistas andaluces, cuyos casos son tan numerosos que a la opinión pública no le da tiempo a enterarse ni de la mitad de ellos.
Entiendo también la euforia de Gallardón, que sabe que podrá asomarse al Parlamento teniendo como red de trapecista el ayuntamiento de la capital de España. Lo entiendo en Esperanza Aguirre, cuyos peores enemigos están en el PP de Madrid y que sigue ejecutando un programa político que es el menos estatista de España (decir que es el más liberal es un exceso de optimismo) y ha convertido Madrid en la comunidad más próspera a años luz de cualquier otra.

¿Pero, qué motivos reales de euforia tiene Rajoy? Ninguno de sus éxitos pasados o futuros puede achacársele a él, pero todos sus fracasos obtenidos y los que le restan por venir, son responsabilidad directa de su indolencia e inmovilismo. Como ocurrió en el 2008, el 2012 puede traerle un disgusto a Rajoy pese a venir precedido de una victoria en las elecciones municipales y autonómicas. Puede que no pierda las elecciones pero que logre una victoria pírrica que le impida gobernar o hacerlo con la soltura necesaria para emprender reformas que si se quiere que sean efectivas, deberán ser impopulares.

Rajoy ya ha probado la hez del fracaso dos veces. Extraña que para obtener un resultado distinto se niegue a actuar de distinta manera a las anteriores.



martes, 10 de marzo de 2009

Consecuencias de la prórroga electoral.

Finalmente, la prórroga de las pasadas elecciones autonómicas vascas y gallegas ha resultado extremadamente favorable para el PSOE. En ambas autonomías, el recuento final del voto emigrante ha propiciado un nuevo escaño para el partido que gobierna en España. Dejaremos el análisis de por qué el voto emigrante suele favorecer al partido que ocupa el gobierno central, deteniéndonos hoy en las consecuencias en Galicia y Euskadi.

Galicia:

El escaño arrebatado al PP en Orense deja un sabor agridulce al PSdG, que puede presumir de haber revalidado los resultados (en actas de diputado al menos) que le auparon al poder hace 4 años. Esto demuestra que la permisividad ante el nacionalismo más rancio apenas pasa factura al PSOE (lo cual es el verdadero drama de la España actual, donde Zapatero tiene manga ancha para traicionar todo lo traicionable gracias a las tragaderas de su electorado). El PSdG no sólo no pierde votos sino que en algunas provincias(como la citada Orense) los aumenta. Esto abortará la tibia autocrítica que apenas había empezado a gestarse en el partido. Los "pepeblanquistas" interpretrán que de haber manipulado un poco más las elecciones a nivel mediático, habrían conservado el poder, con lo cual, difícilmente corregirán sus procedimientos actuales.

Para el PP gallego, el escaño vigésimo quinto del PSdG debería de servir de reflexión: su victoria ha sido bastante más apurada de lo que pareció en la velada electoral y desde luego no ha sido gracias tanto a méritos propios como de otros. Especialmente, de Galicia Bilingüe y del ABC sacando los escándalos del bipartito y la famosa foto de Anxo Quintana, el supuesto gladiador republicano y nacionalista, navegando con un millonario favorecido por la Xunta en un yate con una visible bandera de España ornada con una no menos visible corona. Los desmanes del BNG han soliviantado a un escueto porcentaje del electorado que vota al PP con la nariz tapada como a un mal menor, y cuyo apoyo al PP es inversamente proporcional a las expectativas de sacar escaño de UPyD. La creencia en que el partido de Rosa Díez no sacaría representación parlamentaria es lo que ha dado la mayoría absoluta a Feijóo. Tenemos por tanto, a un PP que no ha merecido la victoria (pero la ha desmerecido menos que sus contrincantes), al que le han hecho la campaña otros, entre quienes hay que contar a los que han decidido perseguirle con cacerías que al final han resultado contraproducentes. Estamos ante una de las primeras veces que un montaje mediático-judicial del PSOE no logra sus objetivos iniciales de manera aplastante, pero no hay que tener mucha esperanza en que el PSOE renunciará a esos modos de proceder.

El BNG es la pata del banco que le ha fallado al bipartito. Lo normal sería que hubiera dimisiones (visto lo visto es mucho mas responsable Quintana que Touriño de la vuelta del PP al poder) pero ya sabemos que los partidos nacionalistas son especialmente parecidos a las sectas religiosas y que su comportamiento interno dista mucho de ser guiado por la coherencia.



Euskadi:

Peor noticia supone la consecución de un escaño adicional para el PSE en las elecciones vascas. Se deja así fuera de juego a UPyD, el partido a quien el PSOE no quiere ver ni en pintura y mucho menos depender de ellos. De inicio, el principal beneficiado por la desaparición del terreno de juego decisivo de Rosa Díez debería ser el PP, pero teniendo en cuenta sus complejos y el apoyo incondicional que ofrece al PSE con tal de que no les tilden de fachas (remoquete que les van a colgar de todas formas hagan lo que hagan), parece claro que el PP renuncia a su capacidad de árbitro de la vida política vasca. Una situación que debería ser óptima para el PP puede convertirse en un cheque en blanco para Zapatero, quien no dudará en volver a traicionar al PP para aislarlo y consolidar su maridaje con el nacionalismo que desea la desaparición de España como ente nacional.

El PSE-PSOE da por descontado el apoyo del PP y de forma gratuita, sin exigencias. De hecho, por tibias que sean las condiciones que ponga el PP para apoyar la investidura de Patxi López, el PSOE acusará al PP de ventajista, chantajista, de poner en riesgo el cambio, de querer sacar tajada ilegítima del resultado electoral y de estar haciéndole el juego al nacionalismo, a los terroristas, a Bush y a la madre que los parió a todos. Y el PP bajará la cabeza como acostumbra y acabará haciendo lo que mejor le venga al PSOE. Por eso el PSOE tiene margen para negociaciones secretas con el PNV que desemboquen en una entente cordiale y llegar a un reparto del poder que dé cierta seguridad parlamentaria a Zapatero en el Congreso de los Diputados. De la debilidad intelectual y flojera de principios del PP deviene la posibilidad del PSOE de traicionar la verdadera esencia de la alternancia política.

Es bastante claro que Rajoy tiene en Euskadi la posibilidad de coger el toro de la legislatura por los cuernos y de hacer un marcaje de oposición leal pero exigente a Zapatero que acabaría dándole la Moncloa mostrando las incoherencias del Presidente al mismo tiempo que muestra el sentido de Estado que el PP podría exhibir. Pero los indicios preliminares apuntan a que el PP volverá a decepcionar a todos sus votantes con la misma fruición con la que se pliegan a las exigencias del grupo PRISA desde hace lustros.

miércoles, 4 de marzo de 2009

¡Ultimas noticias! El PSE vuelve a ser constitucionalista.

Lo hemos visto en todas las cabeceras de noticieros y titulares de diarios: la aritmética parlamentaria arroja una mayoría constitucionalista en el parlamento autonómico vasco.

Mira por dónde, ahora resulta que el PSE-PSOE vuelve al redil del constitucionalismo para hacer suya una victoria que no es tal salvo que se alíe con sus detestados PP y Rosa Díez. El PSE no ha ganado las elecciones, algo a lo que realmente aspiraba, pero ese titular no es suficientemente publicitario para el PSOE y más tras perder claramente la Xunta de Galicia cuando apenas hace dos semanas daban por hecha la reedición del bipartito PSdG-BNG.

Ya sabemos que todos los partidos dicen que han ganado las elecciones. Y si esa declaración es lo bastante ridícula como para ser mantenida, al menos alegan no haberlas perdido, como Javier Madrazo, que en vez de reconocer su (ir)responsabilidad soltó bobadas alegando que la izquierda está en crisis a nivel europeo y que por eso su partido había bajado y él se quedó sin escaño. Pepe Blanco (al que no se le ha visto su condición de gallego en los últimos días) tenía que decir eso de "Patxi López es el gran triunfador de la noche electoral". Caray. Entonces, qué podrá ser Núñez-Feijóo, que ha ganado con mayoría absoluta y no depende de nadie. López no es cabecera de la lista más votada, está a clara distancia de los ganadores y depende para ser lehendakari del apoyo no de una, sino de dos formaciones políticas.

Visto que era complicado sacar un titular beneficioso para el PSOE, no han tenido más remedio que apropiarse de todos los votos no nacionalistas. Curioso, porque el PSE es claramente nacionalista y lleva años sin ocultarlo. Al igual que el PSC, el PSdG, el PSIB e incluso el andaluz en ciertas cosas. Ahora resulta que quienes dinamitan la Constitución en Cataluña son constitucionalistas en Euskadi. Quieren que nos creamos que sí, que ahora se han vuelto de nuevo constitucionalistas, que piensan y actúan como cuando Redondo Terreros dirigía el PSE.

Ojalá nos dieran motivos para creerles. Dicen que la esperanza es lo único que se pierde. Por sus actos les (re)conoceremos.



Coda: Lo mejor de la noche electoral es que la investidura de López dependa de Rosa Díez, quien es mucho más beligerante contra el nacionalismo que el PP y está mucho menos acomplejada por los insultos del PSOE que el partido de Rajoy. Me alegro, pues, de que UPyD sea decisiva y necesaria. También están ante su primera prueba de fuego parlamentaria, donde tienen que sustituir las palabras por los actos. De cómo gestionen su importancia en Euskadi dependerá gran parte del futuro de UPyD. Rosa Díez lo sabe y sospecho que está encantada con la situación de que su primera gran prueba sea en "su casa". Esperemos que no nos decepcionen.

miércoles, 18 de febrero de 2009

¿Qué te creías, Rajoy?

Tras el trauma nacional (para unos más que para otros) de la masacre del 11-M y los nauseabundos intentos de capitalización política de la masacre (por parte de unos más que por parte de otros) la legislatura anterior, el PP estableció una serie de pilares en su política de oposición. Tras la pérdida del poder, la esperanza que aglutina a un gran partido suele ser -más que las ideas- la expectativa de poder. No era una expectativa ridícula. El PP conservaba gran poder local y autonómico, estaba al borde de la mayoría absoluta en el Senado y Zapatero era tan inexperto y temerario en sus actuaciones que era probable esperar un cambio de tornas electorales.


Salvo por un detalle que al PP siempre parece escapársele: que en España, el cuarto poder es el primero y es capaz de hacer bailar a los otros tres al son que decida ensayar. Perder de vista este lamentable axioma de nuestra democracia le costó al PP las elecciones del 2004 tras la masacre. Curiosamente, no aprendieron nada. Aznar, en un rapto de lucidez, decició aludir claramente al GRUPO PRISA en una entrevista en Telecinco poco después de la debacle electoral, pero denominó a la empresa de la familia Polanco "Poder Fáctico Fácilmente Reconocible" sin reparar en que muchos españoles no estaban para eufemismos así como que ese poder había sido amablemente alimentado y protegido por él durante años. Curiosamente, la tardía y escasa valentía de Aznar fue contraproducente para el PP. Dicho partido -empecinado en obedecer a sus enemigos para que no le tacharan de extremista- dio por hecho que poner el acento sobre la desequilibrada balanza mediática en su contra suponía "algo del pasado que había que superar" sólo por el mero hecho que de Aznar lo había comentado.


No obstante, como digo, se establecieron varios fundamentos de la política de oposición:


1) La intención de acabar con e.t.a. eliminándola, ganando la batalla (no empatándola).


2) La defensa de una cierta idea de España como ente nacional donde los ciudadanos deben ser libres e iguales independientemente de su lugar de nacimiento, residencia y lengua materna.


3) Un rechazo al giro de 180º de la política internacional de Zapatero, consistente en abrazarse a dictaduras y alardear de tolerancia superficial con esa vacuidad llamada "Alianza de Civilizaciones".


4) Una tibia e insuficiente defensa del sistema democrático español, escenificada en la renuencia a entregar por completo el Poder Judicial al PSOE (si bien no apostando por su independencia, que es lo que se debería).



Tras la segunda derrota del PP y Rajoy en el 2008, el líder popular parece convencido de que para gobernar España, hay que parecerse al PSOE. Los pilares de actuación de la legislatura pasada han sido dinamitados.



1)En cuanto a la política antiterrorista, Rajoy ha abandonado la exigencia de que el PSOE cumpla el Pacto por las Libertades y Contra El Terrorismo que el propio Zapatero siempre ha presumido de haber ideado (y eso que lo traicionó incluso antes de ser Presidente). Ha logrado eliminar al bastión personal más descollante en la lucha ideológica contra el nacionalismo -María San Gil- haciendo que el PP sólo pueda aspirar, en el mejor de los casos a ser la muleta de Patxi López.



2) La defensa de una cierta idea de España estaba condenada al fracaso porque el PP nunca tuvo clara esa idea (lo de "cierta" es por aproximación, no por certidumbre). Quedó claro con el estatuto valenciano, el andaluz, el "galleguismo genético" del que presumía Núñez Feijóo y el catalanismo del PP mallorquín. Los movimientos en el País Vasco y en Cataluña reorganizando el partido para poner direcciones mejor vistas, cuando no aplaudidas por los nacionalistas, indican ese empeño del PP por parecerse al PSOE y poder decir en cada sitio una cosa.



3) La oposición a la política exterior sigue más por inercia que por convicción, como muestran el arrobamiento adolescente que algunos líderes populares muestran por Obama y el tono bajito con el que han pasado a criticar las continuas torpezas de Moratinos.



4) La defensa de la democracia vista como un sistema de "check and balances", imperio de la Ley y división de poderes, ha pasado a mejor vida vistos los tejemanejes en Madrid por manejar Cajamadrid a dedo puro y duro y el pacto sobre (contra) la Justicia perpetrado por Rajoy y Zapatero.



Y luego se sorprenden de que UPyD se dispare en las encuestas.



Rajoy quizá pensaba que con una crisis del calibre que vamos a tener (lo peor no ha llegado) el Gobierno caería en sus manos como fruta madura. De nuevo subestima al cuarto poder (insisto, en realidad es el primero y casi único). ¿Se piensa que el PSOE asumirá la pérdida del Gobierno cuando creen que este les pertenece casi por decreto? ¿Se piensa que por hacer lo que en el PSOE quieren que haga dejarán de usar a Garzón en vísperas electorales? ¿Se piensa que con la masiva infiltración del PSOE en la judicatura y la Fiscalía se abstendrán de manejar cuidadosamente los tiempos para destapar a los corruptos del PP justo cuando mejor le venga al PSOE?



¿Qué te creías, Rajoy? ¿Que de repente te iban a perdonar la vida? ¿Te creías que aceptarían una alternancia sin más y que "te llegaría el turno"?



Si realmente creías todo eso, enhorabuena: has cumplido las expectativas de quienes quieren que el PP sea aquello en lo que lo estás convirtiendo, una excusa para que uns sistema democrático podrido presente una carátula de democracia al aparentar el PP ser una opción de alternancia estética, pero no real. En definitiva, cuando alguien se convierte en un peón de su adversario sin darse cuenta de que lo es, merece que le pongan el calificativo de tonto útil.



Y me imagino lo duro que debe ser sentirse el tonto útil de un bobo solemne.