"Hemos metido una piragua entre dos portaaviones".
La frase fue dicha por Rosa Díez tras el vendaval de bipartidismo que supusieron las elecciones generales de marzo de 2008. Con unos resultados que superaban las mejores expectativas, UPyD se colaba en el parlamento con un único escaño para su fundadora y voz principal. Desde entonces, el sesteo del Gobierno ante la situación económica, el giro a ninguna parte del PP con sus crisis sucesivas y la continuación de la política cicatera de los nacionalistas en las Cortes, han dejado el campo libre para que Rosa Díez se erija como la novedad parlamentaria más relevante de las últimas 3 legislaturas.
Por sistema se suele otorgar el título mediático (más que honorífico, puesto que es un título que sanciona la derrota electoral) de "líder de la oposición" al jefe del partido político opositor con más escaños. Sin embargo, hoy por hoy, ese título corresponde a Rosa Díez.
-Porque no ha dado tregua al Gobierno en su desastrosa gestión económica, pero sin centrar todas sus críticas en dicha gestión, como parecen haber apostado torpemente en el PP.
-Porque no ha dado tregua al Gobierno en cuanto al abandono de la idea de nación según barriten los nacionalistas de uno u otro territorio.
-Porque no ha dado tregua al Gobierno en aquello que el PP ha decidido olvidar para que no le tachen de extremista (como si no le fueran a tachar de ello haga lo que haga): la política anti-terrorista, que para realmente merecer ese nombre, debe perseguir la eliminación de la banda asesina e.t.a. (me niego a poner ese repugnante acrónimo en mayúsculas) sin que esa eliminación suponga la consecución de uno solo de los fines de la banda.
-Porque no ha dado tregua al Gobierno en cuando a los tejemanejes dirigidos a convertir nuestra ya macilenta democracia en un traje hecho a medida del PSOE y sus socios más extremistas, en ocasiones con la colaboración del PP, como en el vergonzante pacto sobre el Poder Judicial.
-Porque todo ello UPyD lo ha logrado a pesar de los ataques feroces de los dos grandes partidos políticos (los portaaviones) y sus conglomerados mediáticos afines.
Sin duda, la piragua de UPyD no tiene posibilidad alguna frente a los portaaviones en mar abierto (elecciones generales) pero la maniobrabilidad de la piragua en cursos de agua menores (temas del día a día que se anclan en los principales referentes ideológicos de la gente) es una pesadilla para esos dos mastodontes que de tanto odiarse cada vez se parecen más el uno al otro.
La piragua le va ganando la carrera al portaaviones de su derecha. Y sin duda este aún es capaz de desplazar mucho más caudal que su diminuto contrincante, pero debería pensar por qué muchos de los que antes iban a bordo del portaaviones -aunque fuera a regañadientes y como mal menor- ahora prefieren coger el remo y ponerse a dar paladas al agua en una piragua tan escueta de espacio como repleta de frescura.
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