viernes, 12 de marzo de 2010

La palabra "vacío" empieza por "e"

Carta al Maestro:


Estimado Profesor:

Usted no me conoce, nunca oyó hablar de mí, ignora mi existencia y sin embargo...



Sin embargo hemos conversado largas horas durante muchos años. Usted, de hecho, me ha llevado muchas veces de la mano en un paseo por sus tierras, que también son las mías. Me las ha enseñado removiendo (aunque sólo fuera por unos instantes) la pátina de desconocimiento y torpeza que cubría mis ojos. Me ha mostrado a sus habitantes, nuestros vecinos, como nadie jamás lo ha hecho.


Usted emprende su viaje sin mirar atrás, y yo me quedo en el andén viendo cómo se marcha su tren, sin más inútil respuesta que estos renglones deslavazados.

Sin embargo, no se lleva todo su equipaje. Alguno del más preciado se lo ha dejado aquí, conmigo, a quien usted no conoce. Y yo se lo guardaré bien, créame, incluso a sabiendas de que nunca se lo voy a devolver, tomándolo como un regalo eviterno que usted realiza aunque no me conozca.

Y sin embargo, Maestro, usted me ha guiado a través de las palabras, me habló en mi lecho e incluso me acompañó de madrugada, se vino conmigo de viaje, y me llevó consigo a los suyos sin que yo me moviera de mi sitio. Usted, que no me conoce, me ha enseñado a leer. Y no tengo las palabras que a usted nunca le faltaban para agradecerle ese regalo.

Es por gente como usted por la que yo estoy orgulloso de mi idioma y procuro no herirlo en demasía.

Usted se marcha, pero no del todo; nos queda mucho más que el vacío del sillón "e minúscula" y su sombra más larga que un ciprés. Muchos que le vemos como maestro le decimos un adiós que es un hasta siempre, porque seguiremos conversando con usted a través de sus textos.


Usted no me conoce, nunca oyó hablar de mí, ignora mi existencia y sin embargo... yo le he sentido como un amigo.

Gracias, Maestro. Buen viaje.



Descanse en paz, Miguel Delibes.



2 comentarios:

  1. Me uno a tus sentimientos. Cumplió con creces su trabajo. Los desconocidos amigos que obtuvo le avalan ahora ante las puertas de la Eternidad.

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