martes, 12 de enero de 2010

Por favor, que alguien le diga a Sarkozy que es socialista

En la dilatada carrera preelectoral, algunos (no pocos) vieron en Sarkozy una vigorosa savia nueva cercana al liberalismo para la política europea. Sus referencias a la responsabilidad individual, a unos valores compartidos como base para ser asumida por los inmigrantes, su alejamiento casi por igual de Chirac y de los postulados del socialismo francés, le hacían, a qué dudarlo, tener una voz diferente y próxima a melodías liberales.

Sin embargo, tardó poco en quitarse la careta (o el antifaz, ya que tampoco engañaba más que a los propensos al engaño) y empezar a repudiar el mercado al calor de la crisis económica internacional.



Nihil novum sub sole.
Por si algún ingenuo aún tenía dudas, cabe recordar que la legislación francesa sobre internet auspiciada por Sarkozy es probablemente la más rígida y liberticida del Occidente democrático (excluyo a Irán, Cuba y similares porque están en una división ideológica opuesta).

Recientemente el socialismo de derechas francés que Sarkozy representa ha propuesto una medida típica del redistribucionismo más salvaje e inmoral: cobrar una tasa a los ingresos publicitarios de determinadas empresas exitosas de la red para "retribuir" a la "industria cultural". El motor de una iniciativa de este tipo es la típica envidia socialista: "Google tiene éxito, gana mucho dinero, la gente lo escoge, es casi un monopolio... quitémosle para dar a aquellos a quienes los ciudadanos no dan suficiente dinero por lo que hacen".





¿Fundamentación moral o ética? Ninguna.

Por favor, que alguien le diga a Sarkozy que aunque en su momento disfrutara yendo de lo contrario, no es más que el típico socialista de derechas.

4 comentarios:

  1. "¿Fundamentación moral o ética? Ninguna."
    desde luego. Yo creí en Sarko; pero ahora ya no, claro. Es un ifnorante que quiere maniatar todo lo que se mueva. Es la cultura francesa que se creen agraviados por el resto del mundo
    -USA, particularmente- por que se creen verdaderamente sus mitos. Napoleón sigue vivo en Francia: no hay más que coger el metro y contar las estaciones nombradas por sus victorias militares. ¿Se imaginan que en el metro de berlín las estaciones se llamaran vichy, o maginot, o...?
    Lo que pasa es que por debajo hay disciplina y rigor. Y los servicios públicos funcionan. La corrupción escasea. Y venden muy bien su imagen, lo que les permite cobrar un buen precio por sus productos, como la moda, los vinos, el queso, y otras cosas.

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  2. Yo creo que es muy fácil. Sarkozy comparte el modo de entender la política de ZP, aunque partan de supuestos ideológicos contrarios (cuando digo contrarios, Sarkozy sería inialmente un conservador, nunca un liberal)

    ¿Cuál es el nexo en común? Ambos creen que en política lo que hay que hacer es agradar a los potenciales votantes para que te voten. Según sea la masa de votantes, eso proponen. Claro, que estos antes o después terminan cayendo en el amiguismo y cediendo a las intenciones más estrafalarias de los lobbys, sólo para mantener la imagen. En primer lugar de los lobbys de gente con impacto mediático, claro.

    Un desastre, vamos.

    Augusto

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  3. Una verdadera pena. A veces pienso si las palabras político y liberal no son necesariamente contradictorias. Llegar al poder para luego renunciar al mismo. Para eso hace falta una gran grandeza y una visión clara de las cosas. ¿Veremos alguno algún día?

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  4. Luis, buena apreciación sobre la vigencia de Napoleón pese a lo que realmente significó. Pienso que ese anhelo imperial les viene a los franceses de una secular envidia y complejo de cierta inferioridad que han tenido ante imperios cercanos (Inglaterra y España). Y sí, venden muy bien su imagen (sólo hace falta ver los anuncios de cosmética y perfumería y tal) como en los productos que dices, pero creo yo que ahí lo públco sigue la eficacia de lo privado.

    Augusto: esa visión del político como encantador de serpiente, no por frecuente es falsa. Sin duda hay ese nexo común entre ZP y Sarkozy.

    Eetión: es que el liberalismo propugna el menor poder posible para el político. Por eso es complicado que un político sea liberal. No hay más que ver la cara de satisfacción de la "liberal" Esperanza Aguirre cuando da las llaves de VPO en esos sorteos lamentables.

    Saludos a los tres.

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