domingo, 11 de abril de 2010

Más críticas a la Escuela Austríaca y breve defensa de ella

La anterior entrada propició un breve debate entre un austroliberal católico como Daniel Ballesteros Calderón y Luis H. Arroyo, quien se considera austríaco (y diría yo que "friedmanita") si bien es tremendamente crítico con el Instituto Juan de Mariana y lo que considera dogmas del austroliberalismo. Ambos economistas prescinden de etiquetas (lo que les honra) y sus principios e ideas les llevan a puntos de conexión y a otros de conflicto. Afortunadamente para los demás, se centraron en los segundos y ojalá tuvieran tiempo y ganas para ilustrarnos con un debate más profundo.
Del blog de Martin Wolf y de Luis H. Arroyo extracto algunas de las críticas contra la EAE, con ánimo de "meter baza" (pese a mis limitaciones) en el tema.

Primero: ¿Es hiperracionalista la EAE, sobre todo la doctrina "miseana"?

Luis aduce que el racionalismo como guía absoluta supone la invención de un mundo irreal, lo hace en su interesante entrada Realismo, donde contesta a un par de respuestas (una mía) a un post anterior que finalizaba con la demoledora frase

"Ergo, a veces, ha de intervenir el poder para corregir excesos que la propia libertad genera".


Esta entrada es la continuación de las anteriores "El hombre no es racional I" y "El hombre no es racional II"

Aunque entiendo que la remisión a numerosos posts dificulta seguir el hilo del debate, recomiendo leer los enlaces aportados. Luis indica que la EAE, especialmente Mises, edifica un racionalismo finalista que deriva en constructivismo, que es justo lo que se quiere combatir bajo la forma del Socialismo en todas sus variantes. Entiende que apenas Hayek logró ver ese riesgo y bajarse del caballo a tiempo. Acusa a los seguidores de la EAE de considerar infalible al individuo, en lo que sería una especie de "pasada de frenada" contra el colectivismo (en esto último estoy bastante de acuerdo, por eso no soy anarcocapitalista).

Por su parte, Martin Wolf (chief economics commentator del Financial Times) no se queda atrás con la siguiente perla:
"I have to say that, so far, the posts by Austrians fall into what I have found a consistent pattern: the absence of any rigorous argument combined with arrogance and a conviction that the apocalypse is both inevitable and desirable. But I am going to try to keep an open mind so long as I can."

Martin Wolf es asistente regular a las reuniones anuales del club Bildelberg, lo cual puede explicar que las tesis austríacas le parezcan un riesgo para la evidente connivencia entre Banca Internacional, Gobiernos y organismos de planificación económica global como el FMI, la OCDE y el Banco Mundial. No dice mucho en su favor que en el mismo post que arrea a los austríacos cite al lumbrera de Krugman, insufrible "pope" del keynesianismo más rancio:

For those interested (and reasonably open-minded) Paul Krugman has waded into this: http://krugman.blogs.nytimes.com/2010/04/07/martin-and-the-austrians/

Hay que agradecerle al flamante Nobel de Economía del 2008 que su artículo sea breve. Un pestiño, sí, pero breve. Acusa a los "austrians" de no saber explicar el paro. No se le cae la cara de vergüenza de no saber explicar cómo el paro no ha remitido en países como España donde se han aplicado las más radicales propuestas keynesianas de aumento del déficit y estímulos públicos, como el fracasado Plan E.

Volviendo sobre la primera crítica: ¿El austroliberalismo entroniza la razón a riesgo de convertirse en lo que pretende combatir?

Considero que es una crítica basada en la lectura sesgada de los austríacos. Primero Menger y von Böhm-Bawerk (yo también me lío frecuentemente con su apellido, Luis ;) ) hicieron frente al historicismo alemán que reducía la Economía a un apéndice de la Historia. Después, Mises trató de separar el estudio de la Economía del método usado para las Ciencias Físicas. Es en este propósito donde se pretende un uso legítimo de la razón para convertir a la Economía en una ciencia social de primer orden, autónoma y no supeditada a otras. Pero pocas corrientes ideológicas son tan autoexigentes como las doctrinas austríacas a la hora de usar la razón. Incluso la edificación de la praxeología miseana deja bien claro la limitación de la razón, el individualismo metodológico, la subjetividad valorativa de los medios y los fines (llevando mucho más allá el subjetivismo del marginalismo en la determinación del valor) y la desconfianza sistemática sobre las creencias individuales o colectivas.

La praxeología, lejos de entronizar la razón, procura encauzarla hacia el descubrimiento de verdades autoevidentes precisamente para que ningún meandro interesado de la razón pueda dinamitar lo innegable.

La desconfianza de la razón humana se hace más plausible en la teoría hayekiana de la dispersión del conocimiento. Sinceramente, no conozco a ningún pensador que se autoproclame austríaco que niegue o siquiera acote esta característica esencial del austroliberalismo. ¿En qué otras corrientes de pensamiento económico hay un antídoto tan potente contra el constructivismo, contra la ordenación de la vida socioeconómica por un órgano planificador omnipotente?

Desde luego, no lo encontramos en el keynesianismo. El monetarismo también considera que la oferta monetaria es mejor decidida por un órgano central que por el mercado compuesto por decisiones de millones de individuos. De la socialdemocracia, ni hablar, claro.


2) Otra crítica es la de que los austríacos creen a pies juntillas en la bondad del individuo siempre y por encima del colectivo. Sinceramente, considero que aquí se les da una patada a los anarcocapitalistas en el culo de toda la Escuela Austríaca. Entiendo y comparto muchas críticas a Rothbard, luego volveré sobre ellas.

Pero hay que destacar aquí que la visión mayoritaria de los austríacos no es anarquista sino minarquista. Se confía en un Estado mínimo, garante de principios y leyes escasas pero claras, ordenadoras de la vida social como pilares o troncos que luego se ramifican siguiendo la autonomía de la voluntad plasmada en contratos libres y vinculantes. No, no se ve al individuo como "bueno por ser individuo" y al Estado "malo por ser Estado". Se admite la necesidad del Estado, si bien en un orden mucho menos entusiasta que otras ideologías (incluso otros liberalismos). Se acepta como "mal menor" al que se acude precisamente por la presencia de defectos en la naturaleza humana. Lo contrario sería reedificar el mito del buen salvaje vestido con indumento de mercader.

Pero esa misma naturaleza humana imperfecta es la que es necesario constreñir sobre todo cuando se adueña de los poderosísimos mecanismos del Estado. Si no podemos cambiar la naturaleza humana, mejor no darle como instrumento para sus defectos, el enorme aparato potencialmente liberticida del Estado: limitemos el Estado.




-Ya basta de llevarnos bien, vamos a pelearnos un poquito.
-Pero, ¿no aprovecharán los progres para escaparse "vivos"?
-No te preocupes, cuando nos cansemos de darnos cera, les volvemos a arrear a ellos.





3) La "arrogancia" de la Escuela Austríaca:


Tontos hay en todos lados, sin duda. Pero un defecto tan personal como la arrogancia no sé hasta qué punto puede extenderse a toda una corriente de pensamiento. Que haya austroliberales arrogantes, no lo dudo y yo mismo puedo dar ejemplos. Como los puedo dar de marxistas, anarcosindicalistas, conservadores, historicistas... Supongo que el hecho de ser una corriente minoritaria y cuyos postulados, de asumirse, provocarían un verdadero terremoto en los esquemas de reparto de poder e influencia, ha hecho que sea especialmente vituperada. La acusación de arrogancia, es típica de quien no entra a discutir el núcleo de las ideas en tela de juicio. "Ese tío es arrogante, no merece la pena debatir lo que dice". Sin duda es muy útil para hurtar el debate. Puede que la agresividad generalizada que padecen, haya hecho a muchos austríacos muy poco transigentes, no lo dudo. Supongo que es una acusación sobre la que debatir resulta bastante estéril, lo mejor es no ser arrogante contra quienes acusan a uno de serlo. Aunque estos sí lo sean.
Por cierto, el último libro de Hayek se titulaba "La fatal arrogancia" y versaba precisamente sobre lo perjudicial del constructivismo racionalista, lo fatuo del hombre que se considera superior por el mero impulso de su razón imperfecta. Curioso, ¿no?

Hay más críticas, pero creo que ya basta por hoy. En una próxima entrada trataré sobre ellas. Ojalá esta genere debate. Hombre, sospecho que no veremos a Martin Wolf ni a Paul Krugman por aquí, pero, ¿sabéis qué? ¡Que ellos se lo pierden!





6 comentarios:

  1. Has hecho un gran esfuerzo de síntesis, y has obtenido un bonito artículo.
    De todas formas, creo que desde el artículo de Glasner, yo renuncio a defenderme y le pongo delante como un escudo, porque dice lo que yo intuía pero él sabía mucho mejor.
    Esto me ayuda a distinguir, como creo que ya hice, entre fundadores y epígonos. Unos, entre lso que destaco Hayek, son gigantes que cometieron errores, pero dejaron un gran capital seminal. Los epígonos son lastre que han desechado ese capital y sa han centrado en la parte errónea.

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  2. Em... con todos los respetos, una crítica de las buenas a la escuela austríaca la pueden encontrar aquí:

    http://chemazdamundi.wordpress.com/2010/09/07/falacias-economicas-iii-la-importancia-del-lenguaje-matematico-en-la-formulacion-cientifica-economica-la-paradoja-de-auiles-y-la-tortuga-y-la-escuela-de-austria-contrastada-pseudociencia-en-econ/


    Se centra en una crítica científica mediante las Matemáticas a la teoría del ciclo económico austríaco y en la demostración empírica de que sus postulados son falsos.

    Señores, vamos a dejarlo claro... la escuela austríaca es una auténtica tontería.

    Con una escuela "economicista" que se niega a utilizar Matemáticas... mal vamos.

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    1. Soy matemático y economista por un lado de la facultad de ciencias en la UNAM y por otro de economía en la Universidad Panamericana y con respecto al comentario de arriba: Lo que postulan los austriacos en sus fundamentos de el no uso de las matemáticas, es que la matemática que se usa es muy pobre. Primero crean el esqueleto lógico, lo cual también se hace en lo más fundamental de las matemáticas, ya seas intuicionista o cantoriano, espero que sepas de matemáticas para que me comprendas. Con este tipo de motor lógico se erigen las teorías, ya sean subjetivas u objetivas. Creo que el comentario de arriba es más un comentario de alguna manera soberbio e infundado. Ya revisé tu página y todo eso lo rebate y hace pedazos por un lado Mises en su "Human action" y por otro la Rothbard en su "Men state and economy". Estos sujetos sabían mucho más de matemáticas, física, ciencias naturales y filosofía que cualquier otro economista. Se nota que no has comprendido a esencia ni de las matemáticas aplicadas a la economía ni de la escuela Austriaca. Y para ti que seguramente eres aficionado a los comentarios sobre economía, Mandelbrot decía que las matemáticas dedicadas a las predicciones es economía son como la astrología en matemáticas. Si estudias lógica simbólica te darás cuenta de que si bien todo lo que se puede estudiar desde la lógica se puede plasmar en matemáticas, las matemáticas que se mueven en economía son bastante pobres, por lo que los austriacos sólo usarían las matemáticas como representación, a lo cual nunca se negaron, pero no para sacar inferencias, que es lo que propone tu página, que ami parecer es un análisis muy pobre, digno de un ingeniero que se quiere sentir matemático. Es como de matemáticas recreativas

      Por otro lado como lección de vida, mises decía que debemos saber mucho más de lo que criticamos que de lo que defendemos. Te invito a hacer conciencia sobre este pensamiento. No soy matemático para sentirme mejor economista, de hecho llevo las carreras de manera separada. Mis estudios en Matemáticas se remontan más hacia la parte de lógica y por otro lado a la de teoría de modelos, si sabes a lo que me refiero, claro. Y algunos estudios en Álgebra.

      Por cierto, el blog me parece un idea muy buena. Y las críticas son geniales, las meditaré y responderé después. De verdad me pareen excelente, una felicitación a quien lo ha hecho. Sólo pienso que el comentario de arriba es digno de un aficionado, no de un buen crítico. Estos espacios me parecen las ventanas al diálogo y a rescatar las mejores ideas de los mejores pensadores.

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    2. Por cierto, si nos remontamos a los datos duros, sabemos que la estadística enfocada a economía se ha maleado mucho. Se buscan implementar datos y procesos estadísticos tal y como las hermanastras de Blanca Nieves se querían poner la zapatilla de su hermanastra, a la fuerza. Con lo que datos duros, yo los llamaría, como decía Wittgenstein, procesos atómicos, dígase de otra manera, hechos. Con lo que las estadísticas pobres de tu "pagina" son más pobres contra el hecho de que los Austriacos han predicho todas la crisis de la humanidad a partir de la del 29.

      Saludos

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  3. El por qué no han funcionado las mediadas de orden keynesiano al principio de la crisis en españa es sencillo de entender y no rompe para nada con lo dicho por J.M. Keynes, y se debe al efecto multiplicador. Bien es sabido que para aumentar la demanda agregada mediante un incremento en el gasto público es necesario que se den tasas de propersión marginal al consumo altas, para aumentar dicho efecto multiplicador del gasto. Al inicio de la crisis, la demanda interna cayó en españa, aparte de por la caída de la inversión POR UN AUMENTO DEL AHORRO DE LAS FAMILIAS FRENTE A UNAS EXPECTATIAVAS NEGATIVAS. Si a una persona le dices que viene una crisis que va a "cagarse la perra" malamente hablando, quién en su sano juicio va a mantener el nivel de consumo? Este incremento del ahorro hizo que el efecto multiplicador no fuera suficiente, no impulsando la demanda agregada lo suficiente.

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