miércoles, 11 de agosto de 2010

A vueltas con los derechos de los homosexuales -Debate con Luis H. Arroyo

¿Tienen los homosexuales valores distintos a los heterosexuales? ¿Supone la adquisición de derechos civiles por ese colectivo una subversión de los valores que han hecho progresar la sociedad?

Estas dos preguntas permanecen latentes en el intercambio de pareceres -para mí siempre interesante y didáctico- surgido con Luis H. Arroyo, el del Cuaderno de Arena, quien hace honor a aquella frase de Hayek que decía que "para que un economista sea un buen economista, no debe de saber sólo de Economía".

Como siempre, en un intercambio de opiniones se van marginando las concordancias para hincarle el diente a las discrepancias, actitud mucho más honesta y fructífera que la de los sandios que se refocilan en sus coincidencias haciéndose la mutua pelota. Estoy en amplio desacuerdo con algunas de las afirmaciones de Luis y sobre todo con lo que puede derivarse de dos o tres puntos de vista que mantiene, pero intentaré ir paso a paso sin dejar de lado ningún aspecto del debate.
EXHIBICIONISMO HOMOSEXUAL

En mi última entrada ya dejé claro que el exhibicionismo no es sólo homosexual pero que éste está mucho menos tolerado por razones obvias:

1) Porque resulta menos sugerente a la mayoría de la población, que es heterosexual.

2) Porque tradicionalmente ha sido mucho más frecuente el exhibicionismo heterosexual (y lo sigue siendo, no hay más que ver la publicidad, el cine, las series de tv...) con lo que hay un poso social o una especie de "callo" cultural que ve esa exhibición permanente de la heterosexualidad como algo endémico del paisaje social.

3) Porque el exhibicionismo homosexual es mucho más agresivo, debido precisamente a la situación de ocultación y discriminación de la que provienen los gays. Es como si de repente tuvieran que "recuperar el tiempo perdido" y vengarse de quienes les han discriminado o les ven con prejuicios como si dijeran "sé que no te gusto, pues me vas a tener que aguantar por narices". Pero esto es sólo predicable de una minoría del colectivo homosexual, que lamentablemente proyecta su imagen sobre la mayoría.

Dice recientemente Luis que ha "descubierto" gracias al comentario de Violante Cabral que no le molestan las tendencias sexuales privadas sino el exhibicionismo público. A mí me parecía evidente que ése era su caso (como el de muchos entre los que me cuento con mayor o menor intensidad), por eso he usado las comillas en lo de descubrir. Pero es obvio que a Luis, como a casi todos (también a mí) le pasa mucho más inadvertido el exhibicionismo heterosexual constante y omnipresente y/o le/nos molesta menos.

Por otra parte, aún no le he leído a Luis ni una sola frase reconociendo lo que a mí me parece evidente: los que van en las cabalgatas del Orgullo Gay, ni son todos homosexuales ni todos los homosexuales van en la cabalgata. Hace falta decir hasta la extenuación que la mayoría de homosexuales no van pregonando su condición, no porque se avergüencen de ella sino porque la consideran un tema personal y ven cada vez con más recelo y hastío la deriva carnavalesca y totalitaria de parte del colectivo gay (el más cercano al poder, por cierto). Creo que es imprescindible comentar esto cuantas veces haga falta, precisamente para que ese germen totalitario que con acierto denuncia Luis en los lobbys gays, cuente con una victoria que no les podemos permitir: que consideremos que ellos son todos los homosexuales, que los representan a todos, que no hay homosexuales que no piensen en todo como ellos lo hacen. Solemos hacer esta salvedad elemental con los nacionalistas y los habitantes de las regiones que aspiran a tiranizar, ¿por qué no hacerla con un colectivo mucho más fragmentado pues no puede ser deducido de un ámbito geográfico específico?

Por otra parte, contra el vicio de la exhibición está la virtud de la indiferencia o el "no mirar". Yo he acudido varios años a ver la monótona y politizada (por los progres) cabalgata del Orgullo Gay, con una mezcla de curiosidad y perplejidad. Cuando me aburrí de ver famosillos (todos de la secta de la "Zeja") y cuerpos semidesnudos contoneándose al son de la música maquinera (y es fácil aburrirse pronto porque es todo el rato lo mismo) me salí del jaleo con mis amigos y nos fuimos de bares, ya fuera a Chueca o a aledaños. Prefiero que ese tipo de contoneos se den en situaciones mucho más íntimas y con música más de mi gusto.

Entiendo que los lobbys han logrado un nivel de presencia que resulta cansino, pero nunca como hoy hemos tenido tantas posibilidades de ocio que nos permiten desconectar de los sectores de la realidad social que nos resultan fatigosos. Pero el Día del Orgullo Gay ya hace mucho que derivó en una nueva excusa más que esta sociedad se da para salir de la rutina por unas horas y si es multitudinario no es por la reunión de homosexuales sino por los muchísimos heterosexuales que acuden/acudimos, aunque sea ocasionalmente, en compañía de amistades o parejas, a un lugar donde sabes que hay más juerga de lo normal. Como ya mencioné, tiene mucho más que ver con el hedonismo que con el movimiento gay, el primero es una corriente aún más amplia que el segundo.

LIBERTAD Y EMIGRACIÓN

Además, Luis me hizo un interesante comentario del que me gustaría opinar. En mi anterior entrada y las réplicas a las respuestas, mencioné que hoy en día, pese a la no discriminación oficial, persiste en no pocos ámbitos un claro prejuicio homófobo (esperemos que don Pío Moa no nos regañe por emplear la palabra dichosa, aunque dudo que se pase por este blog, lástima... para él, claro). Eso provoca una migración de personas hacia núcleos de población más grandes buscando una comodidad y libertad que acaba derivando en el establecimiento de barrios como Chueca o el "Gayxample". Luis comentó esto:
[...]y por fin, sobre la emigración del pueblo, no es la primera vez que se busca la libertad en la ciudad, cuna de ella. En un pueblo no pretendas que adopten las costumbres cosmopolitas, ni esta ni ninguna. El destino de todo el que destaca, en lo que sea, bueno o malo, es largarse. Y lo del Ghetto ¡lo fomentan ellos mismos! paradas, carnavales, barrios tomados (no por que los hayan recluido ahí...) pero por favor, es que Chueca es un ghetto! No me compares esto con los ghettos judíos, Carlos, por favor.

En ningún momento he querido comparar a Chueca con el gueto de Varsovia u otro de aquel ominoso tipo, por supuesto. Lamento si algo similar se ha derivado de mi uso de la palabra "gueto" (le doy mucha importancia a esta aclaración, que consideraba innecesaria, por mi personal aprecio al pueblo judío), pero creo que Luis exagera un tanto. Él mismo reconoce algo en lo que concordamos: la mayor libertad inherente a las ciudades grandes, con lo que reconoce asimismo que SÍ existen lugares donde la homosexualidad aún supone dificultades en el desarrollo vital de quien la siente.

Sobre que el gueto sea fomentado por sus propios integrantes, creo que se debe matizar que es más fácil establecerse en un lugar donde hay más gente como tú, como les pasa a los iberoamericanos, a los magrebíes, a los rumanos... Tiene una vertiente positiva, que es que puede acelerar el proceso de integración sin demasiados traumas, y otra negativa, que es que un exceso de aislamiento de ese grupo social acaba logrando justo el efecto contrario, una falta de integración que finalmente puede devenir en una serie de conflictos mucho peores. El ejemplo son numerosos suburbios periféricos franceses. En el caso de los homosexuales, no tiene nada que ver, no hay una barrera idiomática ni cultural, por lo general, tampoco económica (de hecho, Chueca ha pasado a ser un barrio "bien" tras ser tomado como "sede urbana" del colectivo gay cuando antes era un barrio bastante complicado y con altas tasas de delincuencia). Por cierto, un dato para la reflexión y que a los Zerolos de turno les irrita bastante y procuran ocultarlo: en el barrio de Chueca, las elecciones las gana el PP, y no por poco.

Y de nuevo, la frase de Luis "El gueto lo fomentan ellos mismos" supone una generalización muy del gusto de los lobbys rosas. También hay homosexuales que no quieren vivir en ese tipo de barrios precisamente porque no quieren que su residencia sea una especie de "marcador social" de su condición sexual.


LOS "VALORES HOMOSEXUALES"
Pero la cuestión que considero más relevante del comentario de Luis, se da en las siguientes líneas:



Un padre/madre homo hará lo posible para estar orgulloso de su hijo/a, y le inculcará los valores homosexuales inevitablemente. No me imagino a un padre hetero fomentar la homosexualidad (aunque la acepte resignadamente si su hijo lo es). Vamos a ver: estás confundiendo los términos. Y no niego el derecho a ejercer la inclinación que la naturaleza le ha dado, pero de ahí a pensar que la adopción es guai, va un abismo.
¿Los valores homosexuales? ¿Cuáles son? ¿Supone esto que existen unos "valores heterosexuales" contrapuestos? Pues yo, como heterosexual, reconozco mi ignorancia respecto a estos últimos. ¿Los valores de la persona se determinan por su condición sexual?

Leyendo estas líneas de Luis, pareciera obvio que unos padres homosexuales desearán que su hijo herede su inclinación sexual. No dudo de que los habrá, pero salvo que veamos a la homosexualidad como negativa, esto no debería ser preocupante. Yo creo que es más sencillo que unos padres homosexuales, que quizá hayan sufrido por su orientación, sean más respetuosos con la orientación sexual de su hijo de lo que la sociedad fue con la orientación sexual de ellos. Es común que todo padre desee para sus vástagos un mundo mejor que el que ellos han tenido a su alrededor. Esto no siempre se cumple, obviamente, pero es una tendencia probada. Como también lo es que de padres heterosexuales nacen y se crían hijos homosexuales. O hijos deshonestos de padres honestos, o viceversa (esto es más difícil, porque siempre es más fácil de contagiar lo malo, pero salvo que consideráramos ya claramente negativa a la homosexualidad, no debería preocuparnos).

Además, Luis no se imagina a un padre hetero fomentando la homosexualidad, con lo cual, da a entender que no se imagina a un padre gay fomentando en su hijo la heterosexualidad. Lo que veo, es que tampoco se imagina a un padre que no fomente e inculque una sexualidad determinada en sus hijos sino que intente fomentar la libertad de elección, ya sea "racional" o siguiendo los irracionales instintos del hijo o hija.

Yo no soy padre y Luis sí lo es, por lo que debo ser extremadamente cuidadoso puesto que no quisiera que crea que cometo la osadía de opinar sobre su desempeño como padre, cosa que no me atrevería y además no tengo motivo alguno para dudar de su buen hacer, antes al contrario. Pero lo que sí quiero decir, es que no creo que todos los padres heterosexuales "acepten resignados la homosexualidad de su hijo si se da", y en esto sí puedo hablar desde la experiencia porque conozco casos en los que los padres han apoyado a sus hijos cuando estos han "salido del armario", no con alborozo por su homosexualidad ni con resignación, sino contentos por la más o menos libre elección de su hijo.








Yo no considero que por ser heterosexual tenga que tener unos valores determinados distintos a los que tendría de ser homosexual
. Mis valores se incardinan en el liberalismo clásico y con toques, a veces muy intensos (que me gustaría que fueran eclécticos), de autores mucho más modernos e incluso actuales. Si un "valor heterosexual" es considerar la homosexualidad una desgracia, no perseguible y respetable, pero una desgracia al fin y al cabo, declino ser partícipe de ese "valor heterosexual". Niego rotundamente que mi condición sexual suponga que mi ideología sea determinada por mi conjunto de reacciones hormonales. Entre otras cosas porque eso supondría que mi ideología sería mudable con un determinado tratamiento farmacológico, por ejemplo, la hormonación necesaria para poder adquirir caracteres físicos femeninos (hormonación que llevan a cabo los transexuales nacidos hombres que se sienten mujeres). Esa opción de cambiar ideas mediante fármacos, me parece más típica de alguna novela de pesadilla futurista de Aldoux Husley y toda mi RAZÓN se rebela contra ella.

Esto hace que Luis me considere "racionalista" algo que no considero peyorativo (cosa distinta es ser "hiperracionalista" que supongo que es lo que él quería decir). Después hace interesantes comentarios sobre la base irracional de la sociedad, Hayek y von Mises. Cuestiones sobre las que me gustaría volver en un próximo post, por interesantes y porque éste ya me ha quedado demasiado largo, por lo que pido disculpas.

Saludos.

13 comentarios:

  1. Los "homos" no pueden ser padres biológicos.
    La carga genética no pueden imponerla.Al no ser
    engendradores, tendrán que aceptar lo que les
    llegue. .......en un medio de libertad la educación no va a transformar lo heredado, dado que de momento, los progenitores siempre serán heterosexuales.

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  2. Creo que has hecho una síntesis muy buena, y que no me has mal interpretado. A veces exagero, obviamente, como en lo del ghetto. pero exagerando quiero patentizar lo que me parece verdad: que Chueca no es un ghetto, como no lo es little italia en NY.
    En cuanto a lo de la educación de un adoptado, lo siento, no sé qué puede resultar individualmente, aunque sospecho que no mucha felicidad. Pero colectivamente, me parece que nada bueno. Y no tengo más pruebas que los ensayos que se han hecho reiteradamente de romper las instituciones como la familia: por ejemplo, las comunas, o los okupas, que parecen muy románticas, pero que se estancan rápidamente. Y es fácil ver el porqué. Yo quiero distinguir entre la elección individual y el proyecto subversivo, y dentro del movimiento gay veo sólo lo segundo. Puede parecer que el "derecho" de adopción es individual, pero sus consecuencias para todos no pueden ser obviadas.
    Y en las caravanas, no digamos. Proselitismo. Y quiero hacer una distinción "ociosa": Recelo de los gays, como movimiento, casi por instinto. Me esfuerzo en racionalizar, pero no siempre se puede. y como sabes, pienso que tampoco es bueno racionalizarlo todo. Creo que ese instinto de desconfianza que sentimos ante lo nuevo es un instinto de conservación, pero no hay que desdeñarlo como algo "asocial". Mientras se exprese por los cauces legales, puede muy bien ser un factor de cohesión social, quién sabe. lo que quiero decir es que tenemos una naturaleza que no es "políticamente correcta" de nacimiento, y que acusarnos de tal y cual /facha, nazi, etc...)porque rechazamos novedades no es precisamente constructivo. no sé si me explico.
    te felicito por este artículo, aunque sigo discrepando (muy poco, un ¿5%?). Quizás yo sea receloso y tu seas más antropológicamente optimista. El problema es que esos experimentos son irreversibles; y en España, hoy, estamos poniendo todo en vilo. Todo a la vez.

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  3. ... En cuanto a las adopciones, es que simplemente no me lo puedo imaginar como benéfico para los niños. O una de dos: o llevamos milenios llevando una vida contra natura, aberrante, con la familia hetero, o no. Y yo no puedo imaginarme que llevemos milenios haciéndolo mal. Sobre todo porque la familia ha evolucionado mucho, y ya no se puede decir lo que se le podía achacar hace décadas. ya no es opresiva, y casi se ha quedado en lo esencial: es protectora y educadora, ya no hay castigos físicos, hay un amor a los hijos más depurado de intereses...
    O sea, no veo razón para iniciar un modelo "opuesto" porque homos y homas quieran demostrar no sé qué. No, realmente no lo veo. y tampoco veo bueno que se difunda la idea de que da igual si la soceidad vira haaci una mayoría homo. Sería una catástrofe que daría rápidamente con una humanidad regresiva.

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  4. Si un individuo es sordo de nacimiento, mudo, cojo, o ciego, a eso le decimos "tener una tara" o "tener una minusvalía", puesto que no responde a la "normalidad natural" del ser humano (sí, la normalidad, esa palabra). Es decir, la de poder oír, hablar o ver, que para eso en definitiva están hechos esos órganos.

    Continuo con la idea. La carencia o falla en estos aspecto no deja al individuo sin derecho puesto que en potencia el individuo sí tiene la capacidad de oír, hablar o ver, es decir, está en su naturaleza como ser humano, sin embargo ocurre que en acto y por algún motivo genético o de desarrollo del feto o cualquier motivo que sea, ha sufrido esa tara. Para dotarlo de un carácter más gráfico podríamos decir que se trata de una suma en la que 2 + 2 son 4 pero se le resta uno. La operación es correcta.

    En el caso de los homosexuales se olvidan claramente de que la unión de dos parejas del mismo sexo no da como resultado la palabra hijo, en potencia. Es como una suma forzada, conseguida a base de hacer trampa, 2 + 2 para ellos son 5. La operación no es correcta.

    Continuando por el mismo camino. Si uno de nosotros se quedara en silla de ruedas su estado no sería igual que el de los que pueden andar, aunque repitiera lo contrario cien veces. Podría hacer una vida igual, agradable, podría tener mi trabajo, todo igual salvo que desafortunadamente ya no podría volver a caminar. Considero que ésto es lo que sucede con los homosexuales, repiten una y otra vez la consigna para hipnotizarnos con el mensaje y convencer a la sociedad de que ser homo es idéntico a hetero.

    No son lo mismo en cuestiones relativas a algunos aspectos de la pareja, sobremanera en el tema de la reproducción, por tanto no poseen los mismos derechos porque no disponen en potencia de la misma capacidad que los heteros en cuestiones relativas a la concepción de la vida.

    Y a decir verdad, en sí mismo no es negativo el legalizar la simple unión de gays, sino que lo negativo viene de la deriva de esa decisión, y sobre todo cuando se toma bajo el ambiente mayoritario de radicalismo y presión de éstos colectivos. Al final la cabra tira al monte y terminarían por solicitar la adopción, ¿Por qué no si legalmente son iguales?.

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  5. Ruy, una pareja de lesbianas sí pueden tener un niño salvo que se prohíba el recurso a la inseminación artificial por el mero hecho de ser lesbianas (sería difícil no catalogar esto como un modo de discriminación). Evidentemente, un ser humano siempre surge de la unión de un espermatozoide y un óvulo, pero de ahí a indicar que los productores de esas células sexuales son necesariamente heterosexuales, hoy en día va un trecho. Considero que la cuestión no es tanto la genética sino la libertad, como bien dices. Existe la tendencia a pensar que de padres homosexuales surgirán niños homosexuales, lo cual es curioso porque no se explica cómo surgen niños homosexuales de padres heterosexuales. Cosa distinta es que haya un cierto incremento de la homosexualidad al verse como una opción más, pero salvo que realmente consideremos "peligrosa" la homosexualidad, no veo esto preocupante. Gracias por comentar.

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  6. A mí siempre me ha llamado la atención el que no exista un examen, en general, para tener hijos. Creo que no todos tenemos la capacidad.
    Se oye: Que vengan los que vengan; No, sólo uno; Yo, la parejita. Es como si uno llegara a un bar y dijera : Una de calamares!!
    Creo que en el fondo, la necesidad de tener un hijo es un egoísmo natural, y da la sensación que heterosexuales extremistas, creen perder un derecho propio si aceptan que otro tipo de parejas (porque es, simplemente, otro tipo de pareja) también los puedan tener. Creo que nadie está en un escalón superior.
    No entiendo por qué se duda de que un hijo, nacido y criado en un entorno homosexual, no pueda vivir en completa felicidad. ¿El resto de niños lo son? Perdón,pero no me lo creo.
    Parece como si se negara la existencia de muchos hogares en los que los niños no son felices. Hogares en los que el niño vive entre malas caras, sin la existencia del amor, junto a problemáticas como la existencia de drogas, alcohol, violencia.
    Supongo que estaremos de acuerdo en que todas esas problemáticas las podemos vivir en cualquier hogar, ¿no?
    No juzgamos la realidad, que es cruda muchas veces, pero sí nos vemos con el derecho, y algunos hasta casi con la obligación, de prohibir a quien quiere dar amor.
    No sé si eso es muy de "normal"

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  7. Tema este último, el de anónimo, que cae en para mí la falla mayor de la "Ilustración" extrema que vivimos: la racionalización. La racionalización lo cubre todo, parecemos creer, cuando, en realidad, razonamos sobre unas premisas últimas, axiomas, que no se pueden demostrar.
    El "buenismo" es en realidad un exceso de racionalización. No niego ni afirmo que pueda ser más feliz un niño criado en un "hogar" homosexual; lo que digo es que las consecuencias futuras de eso, si se generaliza, nos son desconocidas. Pero las habrá.
    El abuso de razón se comete con la implícita asunción de que los herosexuales son más infelices que los homosexuales, o así lo parece. Y que en un "hogar" homo, le darán probablemente más calor y amor y felicidad. Eso es prescindir de una serie de cosas que han consolidado a la familia hasta ahora (si no, no habría llegado hassta aquí): el amor (irracional) de la madre, o instinto de maternidad; el amor del padre a su camada, el amor entre hermanos... y una serie de sentimientos primarios que son los que hacen a la familia de siempre más fiable que lo otro. ¿Que estas cosas pueden fallar? indudablemente, como pueden fallar en la alternativa.
    En cuanto a la lesbiana que decide tener un hijo y formar un hogar lésbico, ahí no tengo nada que decir, francamente. Me imagino que si decide ser madre biológica será por algo, y que el amor que sienta por su hijo la hará preocuparse de su futuro. Me parece retorcido, pero me resulta imposible analizar y juzgar una decisión que pasa por parir, y difícil de perseguir.

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  8. Las consecuencias futuras nos son desconocidas, pero por eso ¿deben de ser negativas? Por si sale mal no nos aventuremos.
    Tampoco creo que los heterosexuales sean más infelices que los homosexuales. Es que nadie es más ni es menos, sólo eso. ¿Por qué diferenciar?
    Igual lo de la familia de siempre, que son más fiables.
    Damos por sentado que sólo existen dos tipos de hogares donde crecer, y que uno es bueno y el otro malo. Las cosas no son así.
    Siempre han existido en las familias de siempre, un montón de distintas familias.
    Familias en las que el hombre no pintaba nada; familias sumisas a la persona del padre; familias en las que uno de los progenitores decidía casarse y formar una familia, de las de siempre, pero manteniendo relaciones extramatrimoniales que podían ser heterosexuales, pero también homosexuales; familias heterosexuales totalmente felices; etc. En ningún caso nos hemos planteado nada.
    Claro que pueden existir parejas homosexuales que no resulten por las mismas causas (excepto en lo de la infidelidad, que puede ser que me equivoque, sólo será homosexual).
    No entiendo, es como si aceptáramos que lo conocido ha resultado perfecto.

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  9. Estás obviando cosas elementales, minusvalorándolas.
    Lo conocido dista de ser perfecto, es imperfecto, pero conocido. Y los lazos de sangre existen. Cuando un adoptado llega a cierta edad, puede empeñarse en buscar a sus padres de sangre. Y puede que no le guste ya su familia de adopción. Yo creo que es pura ingeniería social que veremos como acaba. Tú dices: ¿Y por qué no? Yo digo: ¿Y por qué sí?
    quizás lo que me irrita es que hay una finalidad de todo esto, que es debilitar a la familia. ¿Por qué al menos no se ayuda a la familia? Vale, está bien , permitamos la pareja homo, pero defendamos, reforcemos a la familia de siempre.
    Y desde luego los lazos de sangre existen. Y desde luego hay tal cola de familias heteros para que les den un niño en adopción, que lo otro no se necesita urgentemente.
    ¿Por qué diferenciar? Porque una cosa está contrastada, y la otro levanta sospechas, y el pagano es el niño. Y esa pregunta, ¿POR QUÉ NO? es lo que está destruyendo a esta sociedad

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  10. Sé que no dices que lo conocido sea perfecto, si fuera así, creo que lo entendería más. Resguardarse en que mejor es lo conocido, es lo que no entiendo. Puede que sea lo conocido por nosotros hasta ahora mismo, pero ¿por qué tiene que ser lo mismo dentro de 40 años? ¿Por qué sí?.
    La sociedad, ya no hablo sólo de homosexualidad y heterosexualidad, no es la misma que hace años, así que no nos podemos plantear las cosas como si viviéramos hace décadas.
    Creo que tenemos que vivir la realidad, y no creer que otro tipo de vida que no sea el nuestro, es un ataque.
    Creo que es un error enfocar la situación pensando en permitir Tendría que ser aprendiendo a convivir, y ojalá con el tiempo, simplemente conviviendo. Dejar de pensar, por ambas partes, en que tenemos que defendernos de un constante ataque.
    Nadie con privilegios, nada de discriminación positiva, y viviendo en familia. Eso sí, cada uno la que elija, no la que nos permitan. Esa es la manera de vivir que a mí me parece que contesta al “¿por qué no?

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  11. Bien, entonces acostumbrémonos a los menores violadores y asesinos, es algo actual. Hay que aprender a convivir...
    y el niño adoptado ¿elije? debes pensar que hay un mercado en el que los menores pueden elegir: yo una hetero, yo una de lesbianas...

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  12. Cuando he hablado de la sociedad actual, me refería a distintas formas de vida: El paso que hemos dado las mujeres, no refiriéndome al feminismo extremo pero sí al modo de enfocar nuestras vidas; a la participación del hombre en las labores de la casa; hombres que emprenden una vida en solitario sin la presencia materna o la de la pareja hetero, y entre todos ellos, los homosexuales. Si nos hemos acostumbrado a unos, a los otros también. Aclaro que desde mi punto de vista.
    Pero claro, lo que me ha despistado ha sido lo de los violadores y asesinos. Ahí me he perdido. Esos ¿cometen delitos, no?

    Bueno, me ha encantado participar. No lo había dicho antes pero el blog me encanta.

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