jueves, 21 de mayo de 2009

Venezuela, 11 de abril de 2002

Recientemente, Martha Colmenares tuvo a bien obsequiar mi blog con un premio que por cuestiones éticas me veo obligado a rechazar. El premio 11 de abril conmemora el estallido social en Venezuela en el año 2002, cuando tras 3 días de huelga general diversos manifestantes opositores fueron abatidos en las confrontaciones callejeras que solicitaban la renuncia de Chávez.

Martha Colmenares no necesita demasiada presentación: es sin duda la venezolana opositora a Chávez más conocida de internet, buena amiga de España y de numerosos blogs de índole liberal (aunque no sólo) y una luchadora incansable por la democracia en su hermoso país. A todo el que esté interesado por la difícil situación de la oposición venezolana le recomiento visitar la web de Martha Colmenares, donde hay mucho buen material escrito y multimedia, incluyendo por supuesto sobre el 11 de abril.

Me gusta que la gente pueda juzgar por sí misma, así que quien quiera consultar versiones distintas sobre ese 11 de abril puede visitar la página de wikipedia dedicada a la fecha, donde se da una versión claramente arrimada a las defendidas por el chavismo.

¿Por qué no acepto el premio?

No pretendo ser desagradecido ni desconsiderado. Es un honor que una luchadora por la libertad como Martha se acuerde de un rinconcito casi desierto de internet como este y lo nombre entre muchos otros blogs, todos cualificados y con gente detrás de la que siempre se aprende. El premio lleva el nombre de una fecha en la que murió gente y eso me resulta objetivamente de mucho alcance ético. Quiero decir, que yo sólo he defendido la libertad con la palabra, sin jugarme realmente mi integridad, o al menos no recuerdo situación de riesgo real. Soy afortunado, sin duda. En mi propio país hay mucha gente que no puede decir lo que piensa sin ser perjudicado por ello. Que yo sea galardonado con un premio (por muy virtual que sea) que lleva el nombre de una fecha tan simbólica, me parece injusto para muchísima gente que lucha por la libertad (en Venezuela y muchos otros países) de verdad y no desde la comodidad de estar sentado a un teclado echando al viento de internet sus opiniones, probablemente mal ensambladas como es mi caso. Aceptar este premio por mi parte, me supondría otorgarme una importancia que no merezco y un mérito al que no tengo derecho; supondría devaluar el premio, en cierto modo, y hacer eso con algo tan importante como una fecha donde luchadores por la libertad fueron asesinados, no me parece justo. Me moriría de vergüenza.

Es una opinión subjetiva y probablemente difícil de entender y en nada supone prejuzgar sobre otros blogueros que sí han aceptado el premio. Como agradecimiento a Martha Colmenares, creo que lo que puedo hacer es ayudar a difundir su mensaje, promocionar su web, denunciar en la parva medida de mis posibilidades la dictadura chavista y promocionar el buen hacer de los verdaderos héroes que enfrentan dicha dictadura. Esto es lo que intento hacer con este post. Espero que aunque no se comprendan mis motivos para no aceptar el premio, al menos no se considere mi actitud una falta de respeto o de aprecio a dicho premio y sus valedores, pues es precisamente lo contrario: el enorme respeto hacia quien tiene sobre sí la tenebrosa espada de Damocles de la tiranía.

Sobre lo que pienso de la situación de Venezuela y sobre Hugo Chávez, infinitamente mejor que yo, lo dice "un tal" Ludwig Von Mises:

Lo que las mentes ingenuas denominan razón no es más que la absolutización de los propios juicios de valor. El interesado se limita a proclamar la coincidencia de sus valoraciones con supuestas conclusiones derivadas de una vaga razón absoluta. A ningún socialista se le ocurrió jamás pensar que aquella abstracta entidad a la que desea investir de los más ilimitados poderes -llámese humanidad, sociedad, nación, estado o gobierno- podría llegar a actuar en forma que él personalmente desaprobara. Si su ideal tanto le entusiasma, es precisamente porque no duda que el supremo director de la comunidad socialista actuará siempre como él -el socialista individual- considera más razonable, persiguiendo aquellos objetivos que él, -el socialista individual- estima de mayor interés, con arreglo a los métodos que él -el socialista individual- en su caso adoptaría. Por eso, el marxista sólo califica de socialismo genuino a aquel sistema que cumpla con las anteriores condiciones; toda otra organización, aun cuando se adjudique a sí misma el calificativo de socialista, nunca será más que una espuria imitación en nada parecida al auténtico socialismo. Tras cada socialista se esconde un dictador. ¡Ay del disidente! ¡No tiene ni derecho a la vida; es preciso "liquidarlo"!

La acción humana, página 817 de la octava edición española.



Gracias de nuevo y mis mejores deseos para una Venezuela libre.

1 comentario:

  1. Una noble respuesta. Pocas veces en la vida se encuentran personas capaces de rechazar un honor por principios. Eso revaloriza a quien lo rechaza y es un testimonio de honda humanidad. Un fuerte abrazo.

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