domingo, 3 de mayo de 2009

La empanada mental de la Ministra de Economía

Tan sólo unos pocos días ha necesitado Elena Salgado como flamante vicepresidenta segunda y Ministra de Economía para demostrar que Zapatero ha logrado poner al frente del ministerio clave en esta legislatura, a alguien con lamentables carencias para el cargo.

Cierto es que eso no es nuevo y que es práctica socialista el poner a profesionales de la política pero sin formación laboral (y a veces ni siquiera académica) alguna al frente de cargos que deberían exigir cierto cursus honorum previo (Montilla y Joan Clos en el Ministerio de Industria, Corcuera en Interior, Pepe Blanco en Fomento, Bibiana Aído y Magdalena Álvarez en cualquier puesto...). Da la sensación de que por ser socialista, uno ya sea capaz de cualquier labor. Y es que con el carnet del PSOE parece que te den un "master del universo", es decir, sobre todos los campos del saber universal.


Pues la "nueva encargada de sacar al país de la crisis" ha dicho que "Con 800.000 parados más en el último trimestre no se puede decir que el despido sea caro o que haya dificultades para el despido".


La frase no tiene desperdicio desde varios puntos de vista. Veámoslo:


1) El propagandístico:

Salgado desvía la atención de lo principal (los cuatro millones de parados y los ochocientos mil nuevos parados en 3 meses) a lo adyacente: el precio del despido, del que niega que sea caro. Es una acción burda, casi grosera, pero extremadamente eficaz con la opinión pública, especialmente con la más cercana al PSOE que es la que pretenden mantener fiel. Aún hay más trabajadores empleados que en el paro, por tanto hay más gente preocupada de mantener su empleo que gente preocupada de encontrar uno. La gente cree que de abaratarse el despido será más fácil que les echen (algo infundado en el caso de millones de empleados, porque para eso su contrato debería ser posterior a la reforma laboral que abaratara el despido) y por tanto lo que les preocupa es el coste del despido. El PSOE no insiste en que no abaratará el despido porque sean suicidas en la economía, sino porque en lo que no son suicidas es en lo de mantener el poder. Dicen lo que saben (y fomentan que sea así) que mucha gente quiere oír: "No dejaré que puedan echarte del trabajo de manera más barata".


2)El ideológico:

Salgado, al vincular en esa frase la destrucción de empleo con el precio (supuestamente no caro según ella) del despido, está escaqueando el bulto y pasándoselo a los empresarios, ya que da a entender que los nuevos parados lo son por despidos caprichosos de los empleadores y no por la destrucción masiva de empleo y el cierre generalizado de empresas producto de la crisis nacional en consonancia con la internacional. Las empresas no cierran porque quieran y las reconversiones, los EREs y demás, rara vez son por capricho de un empresario aprovechado.


Al socialismo le encanta esa visión del empresariado: ricos hacendados y explotadores que odian al obrero y le expolian. Es una visión inmanente al marxismo, pero sobre todo es una visión mesiánica de sí mismos, los socialistas que vienen a poner Justicia en la tierra y castigar a los ricos. Una visión maniquea de buenos y malos a la que el socialismo ni puede ni quiere renunciar.

3) El económico.

Y aquí es donde ha demostrado Salgado lo poco que sabe (y si lo ha dicho sabiendo, entonces ha demostrado su iniquidad). Da a entender que ha habido 800.000 parados más "pese" al coste del despido: "Con 800.000 parados más al trimestre no se puede decir que el despido sea caro o haya dificultades para el despido".

Insisto en que escuchando y leyendo a la Ministra parece que los 800.000 parados hayan sido despedidos. Muchos han visto cómo sus empresas cerraban, otras liquidaban líneas enteras de negocio y al tener contratados a los empleados mediante un contrato de obra y servicio, sencillamente se ha extinguido la relación contractual. En muchas ocasiones se trata de autónomos que han liquidado el negocio, no se han despedido a sí mismos, señora Ministra. Y sobre todo, hay muchísima gente a la que no se le ha renovado el contrato cuando este finalizaba. Estaría bien que el Ministerio de Trabajo (ese dirigido por un adivino de reconocido prestigio) hiciera públicos los datos sobre cuántos de esos 800.000 nuevos parados han sido despedidos. Apuesto 10 contra uno a que los datos dejarían en evidencia la falacia de la Ministra.

Además, con esa frase, Salgado demuestra que cataloga al precio del despido como una barrera para la extinción de la relación laboral, no para su inicio. Es decir, creen que un despido caro beneficia el mantenimiento del puesto del trabajo, que habrá menos parados si el despido es menos barato. Revisemos el razonamiento obtuso que encierra la frase de Salgado:

Si hay 800.000 parados en 3 meses ===> Significa que el despido no es caro.

Y de ahí les resulta fácil pasar a la siguiente relación:

Si el despido no es caro y hay muchos parados en poco tiempo, con un despido más barato habrá aún más parados.

Un claro caso de non sequitur, ya que, miren ustedes por dónde, los países con despidos más baratos tienen menos paro. Pero además es que ya se ha abonado la mente del votante socialista para invertir más el razonamiento y sostener que encareciendo el despido, se protegerá mejor al trabajador, habrá menos despidos y menos paro, por tanto, al haber más empleo, mejor para todos.

De lo que mucho progre desorientado (valga la redundancia) extraerá la necesidad de aumentar la rigidez del mercado laboral para salir de la crisis. Lo que nos faltaba. Si eso fuera así, prohibamos el despido y todos contentos. A nadie nos podrán echar del trabajo... hasta que quiebre la empresa, ¿o entonces tampoco?

Lo que los socialistas no entienden es que para los (muchos) más de 4 millones de parados, el precio del despido no es una barrera para la extinción de la relación laboral, sino para su inicio. Si viéramos el precio del despido como una doble barrera (no sólo de salida sino también de entrada) a la relación laboral, se entendería mejor por qué en los países con despidos más baratos los porcentajes de desempleo nunca llegan al monstruoso 17% que ahora padecemos.

Pero no nos engañemos: al gobierno no le importa la ruina del país y sus habitantes (una conlleva la otra) sino permanecer en las butacas, por eso su principal mensaje es que no se flexibilizará el mercado laboral que está provocando esta debacle y que se "garantizarán" las prestaciones a los desempleados (a costa de los que trabajan, favoreciendo el no trabajar y abonando el terreno del colapso). Es decir, el gobierno se asegura el sillón diciendo lo que quiere oír una mayoría de la sociedad cuyos conocimientos económicos son aún más parvos que los del propio gobierno, quien se ha encargado durante años de fomentar ese desconocimiento de la opinión pública sobre los aspectos más básicos de la economía.




No hay mejor manera de tener sojuzgado a un pueblo que fomentando su ignorancia.

4 comentarios:

  1. Malos tiempos éstos, en los que se insulta de manera tan desvergonzada a lo liberal ("la codicia", "el despido libre", y demás mosergas...)

    La estulticia perforante de algunos de los comentarios que reproduces exigiría la dimisión inmediata. Claro que, para ello, es preciso un fundamento ético del cual carecen (y no sólo me refiero a este gobierno/partido).

    Un saludo.

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  2. Evidentemente la Sra. Salgado está a años luz de la preparación que su puesto exige. Pero ZETAPARO la puso ahí porque vió en ella, más que a una Ministro, a una funcionaria obediente que se doblegará a todo lo que pida el Jefe. Solbes también se doblegaba, pero, de vez en cuando, protestaba. Elena Salgado, simplemente dira: si guana. Así que, fundir dinero público, ese dinero que algúna ministra dijo que no era de nadie. Cosas veredes.

    Saludos

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  3. Me da mucho gusto hacerte entrega del Premio "11 de abril 2009", una fecha de especial significación para los venezolanos de la democracia.
    Cordiales saludos
    http://www.marthacolmenares.com/2009/05/10/entrega-del-premio-11-de-abril-2009/

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  4. Estimada Martha, muchísimas gracias por tu deferencia. He publicado una entrada donde indico el motivo de mi no aceptación de tu premio (lamento haber tardado tanto en comunicarlo, pero circunstancias laborales me han impedido atender el blog como quisiera).

    Creo que es un premio demasiado importante como para que alguien tan irrelevante como yo lo comparta con tanta buena gente mucho más capacitada. Por supuesto, esto no es óbice para que me sienta cercano a todos los que lucháis por la libertad (de verdad, no como yo desde mi teclado, cómodo y sin riesgos) en Venezuela. No dudes de que mi blog está a tu disposición para promocionar esa lucha.

    Un saludo cordial desde Madrid.

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