martes, 29 de mayo de 2012

Rajoy contra los mercados.

No falla. Es llegar al Gobierno, ver cómo la realidad se empeña en ir al contrario del wishful thinking de los integrantes del Consejo de Ministros y acogerse al consabido victimismo: "Es que conspiran contra nosotros".

El Gobierno ZP lloriqueó amargamente contra los mercados, pleno de impotencia y estulticia, durante toda su segunda legislatura (en la primera se limitaron a dejarse llevar en todo lo que no deshicieron). Gustosamente fueron desgranando su listado de culpables: Aznar, Bush, los neocon (y todos juntos en la foto de las Azores, salvo Durao Barroso "el invisible"), el capitalismo, los empresarios, la patronal (aquí parte de razón tenían), los mercados (así, en general, como si ellos vivieran en una burbuja ajena al mercado) y sus preferidos, los especuladores (de quienes ya hemos hablado en este blog).

Medio año de Gobierno ha hecho que Rajoy y sus medios adictos compren la mercancía averiada de ZP. La triste e ineficaz comparecencia de hoy no ha parado el alza de la prima de riesgo, ni las dudas sobre la recapitalización de nuestro sistema financiero, ni el prejuicio asentado en los medios económicos acerca de los vaivenes de los gobiernos españoles.

Es cierto que por ahora, el Gobierno Rajoy no vomita contra los mercados con la idiocia aguerrida del Gobierno ZP. Pero no parece que vaya a ser cuestión de mucho tiempo. La portada de hace 9 días en "La Razón" ya apuntaba al uso de la manida excusa. "Es que nos tienen manía estos anglosajones".

Yo sí creo que existe un claro prejuicio anti-mediterráneo en los países anglosajones, sobre todo Reino Unido. También creo que en ellos existe interés en el fracaso del euro, aunque juegan con fuego y es un interés que encuentra mucha resistencia en esos mismos países, pues hay muchos sectores que entienden que el fin del euro provocará una recaída en la recesión mundial. Pero de ahí a considerar que España es blanco de la especulación desmedida "porque sí", es como el mal alumno que se queja de que la profesora le tiene manía.

La comparecencia de Rajoy ha sido para apuntalar lo ya sabido: necesitamos reducir déficit, estamos haciendo reformas y seguiremos, el euro es irreversible y así tiene que dejarse claro, nos cuesta mucho financiarnos, la única alternativa para Bankia y otras era y es la nacionalización pero no nos va a costar ni un euro (¡¡!!),...

Al principio, su circunloquio era tan autojustificativo que pensé que preparaba alguna mala noticia (subida inminente del IVA, por ejemplo). Pero no hubo ninguna propuesta concreta. Salvo la indirecta de decir que "mucha gente está a favor de que el Mecanismo Europeo de Estabilidad pueda implementar salvamentos de la banca y yo soy uno de ellos", como súplica arrogante (se puede ser arrogante incluso suplicando, cosa distinto es que sea efectivo) a Bruselas (y Berlín-Frankfurt).

Tras la comparecencia, los mercados no han decelerado las revoluciones de la trituradora. Se presenta otra semana negra y los comentarios extranjeros acerca de la rueda de prensa, reflejan más dudas sobre España. Es cierto, aunque no un consuelo, que de haber sido aún ZP quien saliera a la palestra, todo sería peor. Si no se intervino a España hace un año y más, fue simplemente por la expectativa del cambio de Gobierno.

Lo único positivo es que por fin Rajoy salió (aunque hacerlo en Génova y no en Moncloa da un tufillo de confusión institucional nada agradable). Quizá le coja el gusto y todo. Debería verlo como una responsabilidad ineludible.

Ahora bien, lo preocupante es que no queda claro si para los intereses de España, es mejor que el Presidente hable mucho o siga callando como hasta ayer.

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