sábado, 18 de abril de 2009

Chávez, el "no enemigo" de las f.a.r.c. y el "democratómetro"



De todos es sabido el enorme potencial humorístico de los apóstoles del socialismo del siglo XXI (que es el mismo que el de los dos siglos anteriores pero aún más iletrado). Si no fuera por las miserias que causan, nos partiríamos de risa con sus ocurrencias. Suelen decir verdaderas sandeces, confiados en que sus partidarios son aún más ignorantes que ellos. El recurso al enemigo exterior les justifica para perpetrar cuantas barrabasadas pretendan y quien discrepe de ellos en sus países, es considerado automáticamente un traidor a la patria y a la causa "revolucionaria", un vendido al imperialismo y al capitalismo. Como vemos, lo típico de todas las dictaduras, nihil novum sub sole.

Recientemente el führercito caribeño Hugo CHávez Frías ha indicado que no es aliado de las f.a.r.c. pero tampoco su enemigo. El caso es que la primera parte de la frase es más que dudosa. Desde el abatimiento el pasado año de Raúl Reyes, el líder del movimiento terrorista f.a.r.c., Colombia se incautó de documentación que probaba el apoyo financiero y político del régimen bolivariano a dicha organización asesina (que por cierto, mantiene excelentes relaciones con la banda criminal española e.t.a.). Poco después, Chávez hizo que el parlamento venezolano reconociera a las f.a.r.c. como una organización política y culpara al gobierno colombiano de la violencia en el país vecino, es decir, exculpó a una descomunal banda de asesinos y secuestradores y etiquetó al gobierno democrático de Uribe de aliado del narcotráfico a pesar de que es bien sabida la relación entre los cárteles de tráfico de drogas y las f.a.r.c.


Pero imaginemos que todo esto no sucediera. ¿Tendría sentido aún así declararse "no enemigo" de una organización culpable de miles de asesinatos y secuestros? ¿No enemigo de una organización que desestabiliza a Colombia y lastra el progreso de toda una nación mediante el uso sistemático de la violencia?


Incluso aunque no existieran los lazos y simpatías evidentes entre Chávez y las f.a.r.c., la declaración de "no enemigo" respecto a estas es vergonzante y repulsiva. ¿Qué pensaríamos en España de alguien que se declara "no enemigo" de e.t.a.? Pues lo que hemos pensado la mayoría de, por ejemplo, Javier Madrazo, líder de Izquierda Unida en el País Vasco quien llegó a decir que su enemigo era antes el PP que la banda de asesinos.






Pero no contento con esta demostración de extremismo, el coronel Chávez ha dicho que Cuba es según él, mucho más democrática que los Estados Unidos de Norteamérica. Toma ya. Lo cierto es que no hace más que decir la misma sandez que les podemos oír a todos los progres antiamericanos aquí en España. Los mismos que se escandalizan ante la aplicación de la pena de muerte en Texas pero no dicen ni mu cuando se ejecuta en la comunista China o en la teocrática Irán.


Dice Chávez que a ver quién tiene el "democratómetro" para dilucidar qué país es más democrático. Como es obvio que demuestra unas limitaciones cognitivas muy severas, desde este humilde blog intentaré ayudarle a la hora de establecer unos criterios básicos para eso que parece que le resulta tan complejo de medir: la libertad.


1) En EE. UU. el máximo mandatario sólo puede permanecer en el puesto 8 años. En Cuba lleva el mismo más de medio siglo y el que hay ahora lo es por delegación y relación fraterna.

2) En EE. UU. cualquiera puede presentarse a un cargo político en diversos partidos o como independiente. En Cuba sólo pueden presentarse los miembros del partido único.


3) En EE. UU. hay 3 poderes establecidos con grandes grados de independencia entre sí, y un régimen de contrapesos entre ellos. En Cuba, el máximo mandatario tiene plena capacidad para dirigir cada parcela del poder público.


4) La Constitución de EE. UU. y su Declaración de Independencia reconocen al individuo como elemento esencial de la sociedad. En Cuba se reconoce al Estado como finalidad primordial a la que los individuos deben prestarse.


5) En EE. UU. se reconoce el derecho a la propiedad privada, en Cuba no existe tal derecho.


6) En EE. UU. no hay presos políticos y sus mandatarios son ridiculizados sistemáticamente todos los días en numerosísimos medios de comunicación. En Cuba, la mera crítica política (ya no digamos la crítica humorística) es motivo de investigación por las autoridades, incriminación y eventualmente, sanción penal, llegando incluso al encarcelamiento.


7) Los ciudadanos de EE. UU. tienen plenas libertades para salir de su país. Los ciudadanos cubanos deben pedir permiso para salir del suyo. A pesar de ello, los flujos migratorios son de Cuba hacia EE. UU. y no al revés. Si tenemos en cuenta la tendencia de las personas a querer vivir mejor, parece claro en qué país se dan mejores condiciones de vida.

Podríamos seguir así durante horas, pero no tendría mucho sentido. Si a Chávez le sirve de consuelo, hay que decir que por culpa de la Administración Bush primero y la Obama después, en EE. UU. se está dando un claro proceso de retroceso de las libertades y la democracia, acelerado con la excusa (que no la causa) de la crisis económica.


Vista su opinión, queda claro que cuando Chávez menciona su intención de democratizar Venezuela, está hablando de su intención de que se parezca más a Cuba que a EE. UU., de "cubanizar" su país. Siendo justos, hay que reconocer que va por buen camino y ha avanzado mucho en los últimos diez años. Ahora que ya tiene en su mano ser presidente perpetuo y morir en el trono (igual que gente tan democrática como su admirado Castro y otros como Franco y Stalin) y camina hacia el exterminio de la disidencia mediática y la implantación del partido único, tenemos claro que pronto los venezolanos estarán en un régimen tan democrático como en el que están ya los cubanos.


Que Dios los ampare.

1 comentario:

  1. Todo es posible,tratándose del Gorila rojo bolivariano, golpista donde los haya. Es un cara dura evidente que quiere imitar a Fidel Castro y heredar sus modos y mañas cuando el de la Habana muera. Lo malo es que a pesar de que su maldad es evidente, encandila a los desarrapados de su país. No saben los pobres lo que les espera.
    Aquí en España,para nuestra desgracia, también tenemos mucho Hugo Chávez.

    Saludos

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